Al principio, hacer las cosas con una mano tenía algo de juego. Pero sólo al principio. Ahora piensa más despacio, y los pensamientos parecen ajenos y resuenan lejanos, rebotan en mil superficies antes de llegar a su cabeza, y parecen usados, y cansados. Toda su vida parece un eco. Mira su mano rota, la carne desgajada y reorganizada; una visión en tiempo real de su metamorfosis. Algo negro sale de entre las costuras, abriendo las suturas, haciendo saltar los puntos. Algo que nunca terminará. No es pelo, como pensó, con un pensamiento barítono, en un primer momento. Son plumas, comprende; plumas negras de un cuervo retorciéndose sobre la alfombra con el ala rota mientras él está lejos, en cualquier otra parte.
domingo, 9 de marzo de 2008
:la mano rota
Al principio, hacer las cosas con una mano tenía algo de juego. Pero sólo al principio. Ahora piensa más despacio, y los pensamientos parecen ajenos y resuenan lejanos, rebotan en mil superficies antes de llegar a su cabeza, y parecen usados, y cansados. Toda su vida parece un eco. Mira su mano rota, la carne desgajada y reorganizada; una visión en tiempo real de su metamorfosis. Algo negro sale de entre las costuras, abriendo las suturas, haciendo saltar los puntos. Algo que nunca terminará. No es pelo, como pensó, con un pensamiento barítono, en un primer momento. Son plumas, comprende; plumas negras de un cuervo retorciéndose sobre la alfombra con el ala rota mientras él está lejos, en cualquier otra parte.
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