domingo, 16 de noviembre de 2014

:la venganza de Bruce Lee

            "Seguro que ya habéis escuchado esta historia: Randy Quaid ha declarado, entre otras muchas cosas, que David Carradine no murió accidentalmente, sino que fue asesinado.  Pero, ¿quién lo mató?  ¿Y por qué?  La respuesta corta es Bruce Lee.  La respuesta larga es la que sigue.
            Todo el mundo sabe que Bruce Lee fue, a su vez, asesinado, ya sea por las Tríadas, por un maestro de Kung-fu rival, por la mafia china, por los Illuminati, por su esposa o, simplemente, por una maldición ancestral que amenazaba con acabar con tres generaciones de varones Lee.  Esta opción es, sin duda, la más plausible, viendo cómo terminó su vástago Brandon, muerto "accidentalmente" durante el rodaje de la película que lo iba a llevar al estrellato internacional, El cuervo, veinte años exactamente tras la muerte de su padre.
            Un amigo cercano de Brando Lee fue precisamente David Carradine, que un par de décadas atrás le había robado el papel protagonista de la serie Kung Fu a Bruce, el papel con el que ansiaba dar el salto al estrellato internacional, convertido ya en una megaestrella en Asia.  En 1973 muere Bruce, como hemos dicho, en extrañas circunstancias.  Pero si su deceso fue causado por una maldición o un ajuste de cuentas, Bruce también se vengaría del actor que había usurpado un papel que parecía escrito para él.

            
La vendetta llegó, en primer lugar, cinematográficamente, a través del médium Quentin Tarantino, que se carga a Carradine en su Kill Bill Vol.2 (rodada exactamente 30 años después de la muerte de Lee, diez después de la de Brandon),  vistiendo a su vengativa asesina, Uma Thurman, exactamente igual que a Bruce Lee en su película póstuma Juego con la muerte (un título muy apropiado, y que además se rodó exactamente al mismo tiempo que la primera temporada de Kung Fu), y usando además el golpe de la muerte, un método de larga tradición oriental, según el cual un maestro en artes marciales puede golpear a su rival en cierto punto vital, a veces sin que éste se percate, para morir tiempo después.  Este método, precisamente, es uno de los que más se comenta a la hora de explicar la muerte de Bruce Lee.
            Otra de las películas de la breve trayectoria de Lee es Kárate a muerte en Bangkok, y precisamente allí, en la capital tailandesa, termina la venganza del actor hongkonés sobre David Carradine, El Usurpador, que aparece muerto en la habitación de su hotel, aparentemente ahogado fortuitamente durante una estrangulación erótica. 
            Pero ya lo dijo Randy Quaid: David fue asesinado.  Además, en una suerte de muerte retroactiva, las circunstancias de su deceso han "manchado", al menos desde la pacata y moralista óptica americana, y por extensión occidental, toda su trayectoria profesional y toda su vida privada.  La venganza de Bruce Lee había llegado a su final."
Jonnhy Snail

jueves, 13 de noviembre de 2014

:el papel de la prensa musical en el éxito de una banda de los 90's

En los 90's fructificó ese cajón de sastre conocido como música independiente, en el que cabía un poco de todo.  Visto desde aquí y ahora, hay grupos que obtuvieron cierto éxito, o al menos cierta visibilidad en los medios, que ahora nos parecen descabellados.  ¿Primus vendieron cientos de miles de discos?  ¿Los Melvins eran realmente algo cool entre la chavalada?  ¿Butthole Surfers tuvieron verdaderamente éxito?  ¿Qué coño es el éxito?
            Otro de estos grupos que nacieron en los 80's y alcanzaron notoriedad en los 90's fueron el trío de Chicago Urge Overkill.  Pasaron del rock ruidoso y deslavazado de sus inicios a uno cada vez más clásico y elegante, acorde con su nuevo look de bon vivants, retratándose con batines de seda y sofisticados cócteles en la mano.  Su éxito comercial fue creciendo poco a poco, tras varios discos, ep's y singles en compañías independientes cada vez mayores, hasta que llegaron los años 90's y, con ellos, una nueva corriente, un nuevo prurito, un nuevo negocio: las grandes compañías se apuraron a fichar a todo grupo de rock con cierto marchamo, sonido y/o formas indie, tras el éxito comercial de bandas como R.E.M., Sonic Youth o, la madre de todas las pedreas, Nirvana.  Geffen, que tenía en nómina a estas dos últimos bandas, se lleva a Urge Overkill para el saco, que así publican su primer Lp ya en una gran compañía, lo que supone mayor visibilidad mediática y todo eso: gira mundial teloneando a Nirvana, videoclips en la MTV y el paquete completo.  Como el disco suena pegadizo, está competentemente producido y hay chicha donde hincar el diente, pues tiene un éxito más que decente, inusitado para los estándares actuales. 

           
El siguiente paso es la consolidación, subir un peldaño más, convertirse en fenómenos extramusicales.  Y esto lo consiguieron, y aquí está lo curioso de toda esta parrafada, por paradójicos vericuetos que ahora paso a desgranarles: estoy escuchando un viejo programa de Radio 3 llamado De 4 a 3, que dirigía y presentaba Paco Pérez Bryan allá por los 90's.  Alguien lo grabó en cinta, alguien lo colgó en internet, y yo me lo bajé al I-Pod y me lo estoy escuchando mientras salgo a correr un rato.  En este programa, emitido originalmente en el verano de 1995, entrevistan a los miembros de Urge Overkill, que están por España haciendo una extraña gira promocional de la banda sonora de Pulp Fiction.  Sí, efectivamente, después de rozar el superéxito con su primer disco con Geffen, Saturation (1993), una canción suya, una versión del Girl You'll Be a Woman Soon de Neil Diamond es incluida en la película y se convierte en uno de los momentos cinematográficos (¿culturales?) más icónicos de la década.  No sé si les habrá reportado grandes beneficios al trío de Chicago, habida cuenta de que la composición no es suya, pero está claro que hace que su nombre suene en ambientes donde antes no entrarían ni por asomo, y les lleva, también, a patearse el mundo haciendo playbacks de la dichosa (por saturación) canción por platós de televisión. 

            
El tema tenía que salir en la entrevista, y ellos se lo toman con filosofía, después de todo es el motivo por el que están de resaca en España un domingo a las cuatro de la tarde.  Y así cuentan por enésima vez, presumo, cómo llegó esa canción a formar parte de la banda sonora de la película de Quentin: que ya la habían grabado hace años, concretamente en 1992, para un ep titulado Stull, publicado por la independiente Touch and Go, y que el disco llegó a manos de Tarantino, gran fan de la banda desde los primeros tiempos, e incluso amigo personal y compañero de juergas del trío, y que a la sazón estaba preproduciendo Pulp Fiction; la canción le encantó, les pidió permiso para incluirla en su nueva película, ellos aceptaron encantados y... y el resto es historia.
            Se puede extraer la enseñanza de que uno nunca sabe cuándo le va a alcanzar el éxito (entendido en un sentido amplio): a Urge Overkill les llegó a través de un oscuro ep de distribución minoritaria con un par de años de antigüedad, ya ve usted.  Y llegamos a la paradoja: uno del trío, no sé cuál, dice en la entrevista que del Stull solo sacaron 500 copias, que era un disco promocional, como un regalo para la prensa, y solo se repartió a los medios.  Tarantino encontró una copia en Londres, en una tienda de segunda mano que solía frecuentar en busca de buena mierda cada vez que visitaba la ciudad.  Así que, sentencia el miembro de Urge Overkill, nos convertimos en estrellas porque a un periodista musical no le gustó nuestro disco y vendió su copia.  ¡Ahí queda eso, críticos musicales del mundo!

Coda: por desgracia, al menos para el trío de Chicago, o al menos para sus cuentas corrientes, su siguiente grabación, Exit the Dragon (1995) solo gustó a la prensa musical, y poca gente lo compró (yo sí, mire usted), y el no poder cumplir las expectativas que todos habían puesto en ellos para convertirse en the next big thing hizo que la banda se disolviera (además de por líos de drogas, como siempre, pero eso es muy aburrido).