En los 90's fructificó ese
cajón de sastre conocido como música
independiente, en el que cabía un poco de todo. Visto desde aquí y ahora, hay grupos que
obtuvieron cierto éxito, o al menos cierta visibilidad en los medios, que ahora
nos parecen descabellados. ¿Primus vendieron cientos de miles de
discos? ¿Los Melvins eran realmente algo cool entre la chavalada? ¿Butthole
Surfers tuvieron verdaderamente éxito?
¿Qué coño es el éxito?
Otro de estos grupos que nacieron en los 80's y
alcanzaron notoriedad en los 90's fueron el trío de Chicago Urge Overkill. Pasaron del rock ruidoso y deslavazado de sus
inicios a uno cada vez más clásico y elegante, acorde con su nuevo look de bon vivants, retratándose con batines de
seda y sofisticados cócteles en la mano.
Su éxito comercial fue creciendo poco a poco, tras varios discos, ep's y
singles en compañías independientes cada vez mayores, hasta que llegaron los
años 90's y, con ellos, una nueva corriente, un nuevo prurito, un nuevo
negocio: las grandes compañías se apuraron a fichar a todo grupo de rock con
cierto marchamo, sonido y/o formas indie,
tras el éxito comercial de bandas como R.E.M.,
Sonic Youth o, la madre de todas las
pedreas, Nirvana. Geffen,
que tenía en nómina a estas dos últimos bandas, se lleva a Urge Overkill para el saco, que así publican su primer Lp ya en una
gran compañía, lo que supone mayor visibilidad mediática y todo eso: gira
mundial teloneando a Nirvana, videoclips en la MTV y el paquete completo. Como el disco suena pegadizo, está
competentemente producido y hay chicha donde hincar el diente, pues tiene un
éxito más que decente, inusitado para los estándares actuales.
El siguiente paso es la consolidación, subir un peldaño
más, convertirse en fenómenos extramusicales.
Y esto lo consiguieron, y aquí está lo curioso de toda esta parrafada,
por paradójicos vericuetos que ahora paso a desgranarles: estoy escuchando un
viejo programa de Radio 3 llamado De 4 a
3, que dirigía y presentaba Paco Pérez Bryan allá por los 90's. Alguien lo grabó en cinta, alguien lo colgó
en internet, y yo me lo bajé al I-Pod y me lo estoy escuchando mientras salgo a
correr un rato. En este programa, emitido
originalmente en el verano de 1995, entrevistan a los miembros de Urge Overkill, que están por España
haciendo una extraña gira promocional de la banda sonora de Pulp Fiction. Sí, efectivamente, después de rozar el
superéxito con su primer disco con Geffen,
Saturation (1993), una canción suya,
una versión del Girl You'll Be a Woman
Soon de Neil Diamond es incluida
en la película y se convierte en uno de los momentos cinematográficos
(¿culturales?) más icónicos de la década.
No sé si les habrá reportado grandes beneficios al trío de Chicago,
habida cuenta de que la composición no es suya, pero está claro que hace que su
nombre suene en ambientes donde antes no entrarían ni por asomo, y les lleva,
también, a patearse el mundo haciendo playbacks
de la dichosa (por saturación) canción por platós de televisión.
El tema tenía que salir en la entrevista, y ellos se lo
toman con filosofía, después de todo es el motivo por el que están de resaca en
España un domingo a las cuatro de la tarde.
Y así cuentan por enésima vez, presumo, cómo llegó esa canción a formar
parte de la banda sonora de la película de Quentin: que ya la habían grabado
hace años, concretamente en 1992, para un ep titulado Stull, publicado por la independiente Touch and Go, y que el disco llegó a manos de Tarantino, gran fan
de la banda desde los primeros tiempos, e incluso amigo personal y compañero de
juergas del trío, y que a la sazón estaba preproduciendo Pulp Fiction; la canción le encantó, les pidió permiso para
incluirla en su nueva película, ellos aceptaron encantados y... y el resto es
historia.
Se
puede extraer la enseñanza de que uno nunca sabe cuándo le va a alcanzar el éxito
(entendido en un sentido amplio): a Urge
Overkill les llegó a través de un oscuro ep de distribución minoritaria con
un par de años de antigüedad, ya ve usted.
Y llegamos a la paradoja: uno del trío, no sé cuál, dice en la
entrevista que del Stull solo sacaron
500 copias, que era un disco promocional, como un regalo para la prensa, y solo
se repartió a los medios. Tarantino
encontró una copia en Londres, en una tienda de segunda mano que solía
frecuentar en busca de buena mierda cada vez que visitaba la ciudad. Así que, sentencia el miembro de Urge Overkill, nos convertimos en
estrellas porque a un periodista musical no le gustó nuestro disco y vendió su
copia. ¡Ahí queda eso, críticos
musicales del mundo!
Coda: por desgracia, al menos
para el trío de Chicago, o al menos para sus cuentas corrientes, su siguiente
grabación, Exit the Dragon (1995)
solo gustó a la prensa musical, y poca gente lo compró (yo sí, mire usted), y
el no poder cumplir las expectativas que todos habían puesto en ellos para
convertirse en the next big thing
hizo que la banda se disolviera (además de por líos de drogas, como siempre,
pero eso es muy aburrido).
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