viernes, 29 de febrero de 2008

:la revelión de la máquinas (2)

Siquiente paso en el camino imparable hacia la devastación humana. Lo que podría tomarse como ligero chascarrillo, con la perspectiva del tiempo se ha acabado por convertir en un sobrecogedor documento de un apocalipsis anunciado. Cuatro elementos: un joven desprevenido, una lata de acuarius, un secundario de maneras simiescas... y una máquina expendedora vengativa. El drama está servido.

: los archivos del Doctor Schwab-Smidt (099/19)


Expediente (099/19): Lloyd Clinch afirma haber despertado la mañana del 24 de febrero de 1987 habitando una realidad paralela a la que hasta ese momento había estado habitando. Desde esa mañana ha dedicado todos su tiempo y esfuerzos a encontrar las diferencias entre esta realidad y la que habitó con anterioridad, encontrando, hasta el momento, tres:

1. Las canciones 2 y 8 del álbum Pet Sounds de los Beach Boys (1966) aparecen intercambiadas.

2. Montgomery Clift protagoniza el film Yo confieso (Alfred Hitchcock, 1953) en lugar de Joseph Cotten.

3. Su padre, Bert Clinch, murió 3 días antes.

Lloyd afirma, con lágrimas en los ojos, que cada noche ruega con despertar a la mañana siguiente en su antigua realidad, pues la vida en ésta se le antoja insoportable.

miércoles, 27 de febrero de 2008

:the son of Tintin

Las vidas de dos de los mayores ilustradores belgas del siglo XX están más interrelacionadas de lo que hasta ahora creíamos. La historiografía académica coincidía en señalar que la mayor influencia artística de René François Ghislain Magritte (1898-1967) era la del pintor italiano De Chirico. Sin duda el conocimiento de su obra en un año tan temprano como 1926 le sirvió al belga para depurar su incipiente estilo, alejándose de forma definitiva de las demás vanguardias y centrándose en un muy particular surrealismo. La que no es tan conocida es su otra principal influencia, ésta a nivel icónico, y no porque el propio Magritte lo ocultase, pues reconoció en numerosas ocasiones que su particular look (abrigo y bombín negros) estaba inspirado en los personajes Hernández y Fernández (Dupont et Dupond) de su admirado Hergé (1907-1983), creador del mítico Tintín.
Ambos se conocieron en 1947, cuando Magritte visitó a un convaleciente Hergé en su casa-estudio de Bruselas, aquejado de unas fuertes fiebres. Allí, según testigos, hablaron de lo divino y lo humano, pero sobre todo de arte. Ambos reconocieron su mutua influencia y, lo que hasta ahora no se sabía, Hergé mostró al maestro sus Cuadernos de Enfermedad. Sabíamos de la existencia de estos cuadernos plagados de textos e ilustraciones que Hergé garabateaba compulsivamente en sus muchas convalecencias (de sobras era conocida su mala salud). Algunas de estas ilustraciones han salido a la luz ahora, y en su totalidad serán editadas próximamente por la editorial gala Casterman, en unos (dicen) preciosos facsímiles. La que acompaña a este texto la realizó el creador del reportero del tupé en 1941, aquejado de unas incapacitantes fiebres acompañadas de diareas (sic), provocadas por la ingesta de sidra en un estado cuestionable. Esta ilustración, huelga decirlo, recuerda poderosamente al autorretrato de Magritte titulado The son of a man, fechado en 1964. Ustedes dirán...

:los archivos del Doctor Schwab-Smidt (188/21)

Expediente 188/21: John Seward está convencido de que la explicación a toda la existencia pasada, presente y futura se encuentra encriptada entre las 35 letras que componen el titular de un artículo firmado por Jack Gould, publicado en la edición matinal del 10 de noviembre de 1954 del New York Times, que leyó cuando contaba con 13 años y a cuyo minucioso estudio ha dedicado todo su tiempo y esfuerzos desde entonces. El titular es el que sigue: "Tati's Gallic Visit Gives a Lift to Fanfare"; en todo este tiempo, Seward nunca se ha atrevido a leer el contenido del artículo, convencido de que en él la revelación será tan clara que no podría soportar seguir viviendo con ese conocimiento dentro de su cabeza.

jueves, 21 de febrero de 2008

:la rebelión de las máquinas (1)

Que el mundo llegó a su fin el 24 de febrero de 1987 es un hecho conocido por todos. Las razones que llevaron a esa devastación apocalíptica, sin embargo, han permanecido ocultas a la opinión pública hasta ahora. Pasados los 20 años de rigor, se han desclasificado los documentos visuales que, de forma escalofriante, nos revelan la verdad de lo ocurrido (con un montaje torpe y una musiquilla tonta para hacerlo más comercial... es lo que tiene el post-apocalipsis). Recuerden, la verdad no sólo está ahí fuera, sino que, como El libro gordo de Petete, viene en fascículos. Aquí va el primero.

lunes, 11 de febrero de 2008

viernes, 8 de febrero de 2008

:pioneros

En un año tan temprano como 1985, mientras grupos como Mantronix todavía estaban sentando las bases de la old school en Estados Unidos, en España ya podíamos disfrutar de unos pioneros muy sui generis del hip-hop patrio. De sobras es conocida la obra capital en este terreno de la polimórfica Lola Flores, con su avanzado Alvarinho Picaporte, pero menos conocido es el caso que aquí nos ocupa, y que deseamos sacar a la luz en toda su dimensión. Queremos dejar constancia de que David el Gnomo, en la sintonía de apertura de su serie homónima, presentaba las bases, no sólo estilísticas sino también temáticas, que habrían de capitalizar buena parte de las rimas urbanas futuras.

El rapeado de la parte central de dicha composición fue algo inaudito en la época a este lado del océano. El hallazgo es sorprendente aún hoy día, pero no podemos ni imaginar lo que supuso para los virginales espectadores de aquel entonces. Sólo habría que añadir una base de breakbeats y un par de scratches y ya tendríamos el clásico sonido hip-hop con todos sus elementos configuradores. Pero esta base electrónica no sólo no pudo usarse (a pesar de que tenemos constancia de que se avanzó en ella), sino que hubo que realizar otros cambios previos a su emisión televisada: por comprensibles presiones de las altas esferas este pionero rapeado tuvo que ser encapsulado dentro de una sintonía más tradicional y acorde con el formato infantil-juvenil al que iba destinado. Pero el genio compositivo del autor logró introducir dos elementos sintomáticos que les pasaron inadvertidos a los despistados gerifaltes: el sampler de viento entre los árboles que abre y cierra el tema, y ciertos elementos temáticos que trufan la letra haciendo referencia, de forma más o menos velada, al particular universo hip-hop. En el glosario que sigue destacamos los que consideramos más idiosincrásicos y representativos:

-Resaltar el propio ego: música ególatra por antonomasia, sólo podía empezar de una forma: “Soy un gnomo”. Después, marcar el territorio, es decir, establecer unos parámetros geográficos que son extensión del propio, y desmesurado, ego. Mientras al otro lado del charco las rimas nos hablan una y otra vez de Compton o Brooklyn, en España nos basta con un escueto pero tremendamente esclarecedor “aquí en el bosque soy feliz”.

-Alardear sobre las propias capacidades, con una actitud chulesca que raya en la hipérbole (“soy 7 veces más fuerte que tú”).

-Pertenencia a un clan, a una familia, valuarte y salvaguarda de todo lo positivo, entendido como una tradición que hunde sus raíces en una esencia primigenia de índole natural, no corrompida; y odio consiguiente al clan contrario, al otro, que simboliza todo lo negativo, toda perversión de lo natural (las luchas entre ganstas costa este/costa oeste, aquí trasladado al odio hacia los trolls y las mofetas).

-Fidelidad al clan por encima de todo (“encuentros secretos que nunca diré”).

-Apología del cannabis (“uso hierbas que yo sé que pueden curar”, “siempre estoy de buen humor”).

Lo que muchos ignorarán es que David el Gnomo es sólo el MC de esta sintonía, pero no el compositor. El verdadero genio en la sombra no es otro que Teo Cardalda, que sólo un par de años después renunciaría a todo atisbo de dignidad artística y se convertiría en el panochas del piano de Cómplices. Efectivamente: ver para creer.