lunes, 4 de octubre de 2010

:two extremes (conclusión)

Vale, reto superado. Ya me las he visto y aquí sigo, vivito, más o menos cuerdo y sin pérdidas de apetito (de hecho me acabo de comer tres croquetas así, a media mañana, sin venir a cuento, ala). Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos por partes, nunca mejor dicho.

A ver, recapitulo para despistados: hace una semana, más o menos, me autoimpuse el reto de verme dos películas recientes que la crítica considera lo más de lo más en violencia y repulsividad (el Word me subraya esta última palabra, pero tiene que existir por narices). Las películas son, por orden cronológico y de visionado, The Human Centipede y A Serbian Film. Les enlazo sus fichas en IMDB por si les pica la curiosidad, la mía ya está más que saciada.

Que se hable tanto de estas películas no quiere decir nada: creo y confío, por no decir que sé, que en un nivel inferior, en un verdadero underground, se fabrican y se distribuyen films mucho más extremos y difíciles de digerir por el público general, y que por tanto nunca llegaran a ese público general. Estas dos sí, en pocas salas y para interesados en el género, pero son películas para (casi) todos los públicos. Decir que The Human Centipede es la película más enferma de la historia es como decir que U2 son el mejor grupo de rock en activo: una gilipollez fruto de la ignorancia.

Primera parte de la sesión doble: The Human Centipede. Por si alguien no lo sabe, les haré una breve sinopsis: un cirujano con la cordura de baja indefinida está obsesionado con crear un ciempiés humano, para lo que secuestra a dos turistas americanas y a un japonés que pasaba por allí y los somete a una complicada operación quirúrgica para poner en línea sus cuerpos y empalmar sus sistemas digestivos (ver gráfico adjunto).

La película es básicamente eso. A ver, hay elementos del subgénero mad doctor (el doctor pirado, claro está), hay elementos del subgénero “turistas en país con locos peligrosos” (que tanto ayudó a poner de moda recientemente las dos partes de Hostel), y en cuanto a estructura, pues es un thriller bastante convencional, una peli de secuestro: que te pillo que te pillo, que te pillé, que te intentas escapar, que te vuelvo a pillar, etc. La única novedad está en lo del ciempiés humano de las narices. Y ahí radica lo inexplicable del asunto: no sólo en cómo se le ha podido ocurrir a alguien una idea tan bizarra y peregrina sino, sobre todo, en cómo ha conseguido convencer a tanta gente para llevarla a cabo. Y no estoy hablando del cirujano chiflado, que se lo curra él solo todo, sino al director de este artefacto. Porque no estamos hablando de una producción hecha entre amiguetes grabada con la cámara del móvil, no; esto es una producción bien acabada, con su fotografía bien medida, con actores de verdad y con su catering.

Se puede ver, aun teniendo el estómago delicado, porque el tono es, hasta cierto punto, ligeramente humorístico. Efectivamente, tomarse en serio esa premisa es complicado. Las interpretaciones son un poco de opereta; no se busca el realismo, y por tanto tampoco se obtienen reacciones reales por parte del espectador.

Gore, lo que se dice gore, tampoco es. Resulta más inquietante la escena en la que el mad doctor explica cómo va a ser la operación ayudándose de unos gráficos, que las escasas escenas con planos quirúrgicos.

Resumiendo: película más ligera de lo que el trailler o la sinopsis podrían hacer suponer, con detalles incluso divertidos (hay un par de planos que recuerdan a Canino, esa sí una gran película y verdaderamente inquietante) y que no llega a aburrir. El éxito ha debido de ser casi clamoroso, porque se avecina saga (bueno, ya por el subtítulo de First Sequence uno podía suponer que habría más partes).

Nivel en la escala Haneke de incomodidad: 3,5

Nivel en la escala Jörg Buttgereit de repugnancia: 3

Segunda parte: A Serbian Film. A esta le tenía, a priori, un poco más de miedo. Por el trailler y las fotos parecía una cosita más seria. Y lo es; me explico: se toma más en serio a sí misma.

Breve sinópsis para despistados: a un antiguo porn star serbio retirado (complicado ponerle tres adjetivos a un sustantivo) le hacen una propuesta para protagonizar una nueva película de corte artístico. Como los ahorros se le están acabando y tiene que mantener una familia, y además la pasta que le ofrecen es algo descomunal, decide aceptar, aunque con ciertas reticencias. La película se rueda en un orfanato abandonado, y el guión se le va dando sobre la marcha, con lo que el pobre se ve metido en situaciones imprevistas en tiempo real, como en la vida misma. Y las situaciones son, claro está, cada vez más desconcertantes y violentas.

El film serbio éste juega con la idea de esas películas clandestinas, esas snuff movies con violencia y muerte reales que las leyendas urbanas dan por ciertas y que sólo se mueven por círculos cerrados de millonarios perversos. Una idea muy atractiva, sí, por eso creemos que es real, como todas las leyendas urbanas.

Decíamos hace un par de párrafos que la película se toma en serio a sí misma, y por no llevarme la contraria voy a darme la razón: la película habla sobre la prisión que supone el deseo, habla sobre la inocencia y sobre la familia y demás cosas. Es decir: es una película con, horror, mensaje; y con, doble horror, carga moral. Y los implicados se encargan de que esto sea evidente, preñando el metraje de simbolismos más o menos evidentes, que restan realismo y pegada a la obra.

Es un film premeditadamente tremendista, exagerado, hiperbólico. Todo resulta opresivo, desde una fotografía cargada de fisicidad, hasta la música, una empanada de drones y crescendos bastante cargante.

¿Hay algo interesante? Bueno, el punto de partida es potente, pero después pierde fuelle y la historia tarda en ponerse en marcha. También resulta atractiva la idea de película dentro de película, pero tampoco le saben sacar todo el provecho. La estructura, con todo el tercer acto a modo de flashback, también tiene su punto. Todo el mundo marginal de organización secreta es, eso sí, retratado con bastante ligereza. Me quedo con 13 tzameti, una película imperfecta pero más pura y menos pretenciosa.

Y las famosas escenas repulsivas de las que se habla en los foros: pues bueno, hay un par de ellas, sí, es cierto. A nivel de explicitud son bastante elípticas, no se recrean demasiado; y a un nivel moral, pues podrían escandalizar a esa tía tuya que viste y habla como una monja pero que no es una monja. Yo soy bastante mojigato y tampoco me llevé las manos a la cabeza, así que no es para tanto. Y encima es un poco aburridilla.

Nivel en la escala Haneke de incomodidad: 3’5

Nivel en la escala Jörg Buttgereit de repugnancia: 3’5

O sea, y una vez más: don’t believe the hype!

8 comentarios:

David dijo...

El tema de la "película maldita" surge de vez en cuando y casi siempre se trata un bluff... en fin, yo ya no hago ni caso. La que he de admitir que fui incapaz de terminar es "Martyrs", por su recreación en la crueldad por la crueldad, demasiado insana para mí. Llegado un punto tiré de "fast forward" para ver en que acababa la cosa, y llegué a la conclusión de que si se tratase de un corto de 10 minutos hubiese estado bien.

Tzameti a mi también me gustó bastante.

toni bascoy dijo...

Sí, Martyrs creo que fue uno de los pocos hypes que realmente era dura e incómoda. Yo sí fuí capaz de acabármela, y bueno, al final supongo que todo tiene cierto sentido.
Un saludo!

jefeiver dijo...

Machete...jaja. al oscar

toni bascoy dijo...

Of course... es mi favorita para todos las categorías importantes, y eso que todavía no la he visto.

absence dijo...

El centípedo me gusta por su alegría y despapajo de serie zeta, con ese mad doctor. EL hype, en este caso, creo que es forzado y tardio. La vimos en Sitges el año pasado y hubo mucha risa y mucho aplauso en la sala, pero su nivel de impacto por violencia fue mediano y uno se preguntaba más por la razón de tamaño delirio.

La serbia es otra cosa, más que nada porque toca un tabú muy gordo, cosa que explica el lamentable runrun mediático que hay a su alrededor, y que es como una serpiente que se come la cola: hacer escándalo del escándalo, o algo así, no sé si me explico.

toni bascoy dijo...

Te explicas perfectamente.
Sí, estoy de acuerdo (y creo que lo dejo claro): lo del centipede descoloca por eso, por la razón para realizar tamaña marcianada, plasmar en celuloide una idea tan marciana.
Y con la Serbian... yo que sé, es que a mí no me parece para tanto. Creo que para escandalizarse con lo que propone hay que ser muy mojigato. Yo lo soy y no me afectó ni lo más mínimo. Pero hay gente con más ganas de escandalizarse que de follar, así que no sé. Si la hubiese visto en compañía quizás se me pegase algo de la indignación general, pero al haberla visto yo solo, en la intimidad, pues me pareció un ejercicio de tremendismo correctito y poco más.
Muchas gracias por pasarse, maestro.

Innombrable dijo...

Esto es como autoimponerse una diarrea o un estreñimiento.

toni bascoy dijo...

Jajajaja... pues un poco sí, me recuerda a esas chorradas de Jackass.