lunes, 8 de junio de 2009

:el punto cero

El World Trade Center era, cuando estaba en pié, un símbolo del capitalismo imperialista norteamericano tan perfecto que ni unos tipos tan prosaicos como los talibanes lograron resistir la tentación de derruirlo. En primer plano aquello fue un horror, evidentemente, pero un horror cargado de simbolismo, de poesía: la caída de las Torres Gemelas fue una metáfora perfecta.
Al pueblo americano no sólo se le vetó la imagen real del horror, sino que durante un tiempo se les privó de la metáfora, imposibilitando la comprensión de lo ocurrido y con ello la curación de la herida. El trailer de adelanto de Spiderman (2002, Sam Raimi) mostraba al héroe arácnido usando las Torres Gemelas como asidero para su tela de araña, en la que quedaba atrapado el helicóptero de los ladrones-malos. El trailer, y su correspondiente secuencia en la película, se quedaron en el limbo tras los acontecimientos del 11-S. La herida todavía supuraba.
En la cultura norteamericana todo es espectáculo, todo es narración, y no se tardó en asimilar el horror real e integrarlo en el discurso, no se tardó mucho en devolver el carácter simbólico a las torres: si erectas eran un símbolo del status quo, su caída significó EL cambio. Cualquier narración distópica, cualquier universo ficticio paralelo se podía servir de ese acontecimiento, de ese vórtice espacio-temporal en que se convirtió el 11-S, conjunción de zona cero + minuto cero; cualquier imagen de las Torres en pié se convierte en un nudo gordiano narrativo en torno al que distribuir tensiones, poderes, hipótesis... todo parece posible cuando la sombra de las Torres todavía es alargada.
En su carrera por volver al imaginario colectivo, en primer lugar se realizaron documentales sobre los acontecimientos reales (comprensión), después ficción sobre el 11-S (recreación), y ya por último fantasías donde el World Trade Center juega un papel simbólico (variación). Con éste último estadio, los acontecimientos del 11-S son por fin asimilados, superados, al ser convertidos en materia metafórica, simbólica: las Torres se convierten en elementos gramaticales, en iconos.
En el cómic Ex Machina (2005, Brian K. Vaughan y Tony Harris), un superhéroe de segunda categoría, Mitchel Hundred, con el poder de “hablar” con las máquinas, consigue acceder a la alcaldía de Nueva York tras convertirse en un héroe nacional al lograr que el segundo avión no impacte contra la segunda torre.
En el episodio que cierra la primera temporada de Fringe (J.J. Abrams y secuaces, 2009), la agente Olivia Dunham accede a un universo paralelo escalofriantemente similar al nuestro, cuyas diferencias nos son presentadas en una secuencia breve pero significativa: sobre una mesa, un periódico nos muestra al presidente Obama (es decir, estamos en el presente), pero cuando la cámara se aleja de nuestra protagonista vemos que está en, sorpresa, una de las Torres Gemelas.
Si la Estatua de la Libertad defenestrada era la imagen perfecta para cerrar El Planeta de los Simios, las Torres Gemelas intactas se han convertido en este siglo en el punto de inflexión idóneo: resultan más terroríficas, más desconcertantes las Torres en pié de lo que lo fue la Estatua de la Libertad hecha pedazos. El valor simbólico de ésta ha perdido todo su valor: la única libertad que queda es la del libre mercado.
Y todo el revuelo, insistimos, por su valor simbólico: el punto más elevado del centro mismo del imperio. Qué desangelado, en comparación, nuestro Desastre Nacional: túneles de metro, teléfonos móviles, mochilas abandonadas, furgonetas Kangoo... nada con lo que poder construir una épica como Dios manda. Mientras la vida norteamericana se parece a la épica de John Ford, la española parece sacada de una comedia negra de Azcona.
El paso definitivo en la asunción del desastre es el poder reírse de ello. Pero, ¿se ha atrevido la industria del entretenimiento norteamericana a reírse, si no DE aquello, sí al menos CON aquello? La respuesta es un rotundo; un par de ejemplos:
Padre de Familia: la satírica e iconoclasta serie de animación se dedica a hacer gracias sobre el 11-S en su séptima temporada (2007) en, prácticamente, episodio sí episodio no. Nos quedamos con una gracieta del 5º (Meet The Quagmires): Peter y Brian viajan atrás en el tiempo hasta 1984. Brian intenta ligar con a una tipa en un bar, pero ésta le advierte que tiene novio; y de hecho éste se presenta con ganas de gresca:
Novio: Voy a darte una paliza dónde quieras y cuándo quieras.
Brian: Vale, ¿qué tal en la terraza de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 a las 8 de la mañana?
Novio: Allí estaré. Crees que lo olvidaré, pero no.

En United States of Tara (temporada 1, episodio 3), encontramos otro chascarrillo, aunque más sutil (de mejor gusto, que dirían otros):
Kate, la hija adolescente de Tara, entra como camarera en una cadena de comida rápida, Barnabeez. El gerente la lleva a su despacho en un descanso de su jornada de aprendizaje. Allí, con aire confidente, saca un tuperware de debajo de su mesa y le muestra a Kate lo que hay en su interior: una visera de Barnabeez polvorienta. Ante el desconcierto de Kate, él le explica que trabajaba en la sucursal junto a la Zona Cero cuando “ocurrió aquello”. Consternada, ella le pregunta cómo fue.
-Fue un horror. Yo estaba en Florida cuando recibí la llamada. Estaba visitando a un amigo de la escuela de administración, y alguien consiguió rescatar esto para mí.

En apenas un lustro, como vemos, el pueblo norteamericano ha pasado de cerrar los ojos a reírse del asunto, demostrando que quizás sea una sociedad más sana y progresista de lo que creemos desde la cínica y resabida Europa. Al menos la minoría que consume estos productos culturales. Recordemos que en la socialista España de los noventa se retiró de las tiendas el cómic de Vuillemin Hitler=SS y se llevó a juicio a sus editores, porque hacía chistes sobre el exterminio judío. Hablando de talibanes...

4 comentarios:

UNDER dijo...

Veo que ya has visto el fin de temporada de Fringe, jejeje, genial, verdad? y Leonard Nimoy inquietante como siempre...aisss mira que me gustó ese último episodio...un abrazo!

toni bascoy dijo...

Sí que es bueno el final. Y la verdad es que debería haber advertido de la inclusión de Spoilers... pero bah,total, para los que lo van a leer.
Un abrazo, compañero!

UNDER dijo...

Pues si, lo de avisar de los "Spoilers" lo pensé mientras leía el post, pero bueno al menos no has revelado el spoiler más importante de todos...ya sabes a cual me refiero...a cierto origen de cierto personaje, ups! lo he vuelto a hacer...jejeje.

UNDER dijo...

flipalo tio...

http://elguionistahastiado.espacioblog.com/post/2009/06/18/leguleyos-del-cine#c4273707