miércoles, 17 de diciembre de 2008

:descargue en paz

Óscar Giménez Remero (Palencia, 1926-Madrid, 2008), genio oculto (y ocultado) de la narrativa hispana debido a su afición por los bullates y lo de que ellos sale. Convirtió la escatología en una de las bellas artes con escritos delirantes (y rococós) como Zampo Heces, convertido por el propio autor en sainete de un acto. Al estreno clandestino de esta obra (1962) asiste Raúl Peña, que se inspira en él para co-escribir una versión light titulada Zampo y yo, que a su vez acabará convirtiéndose en la famosa película del payaso y la niña dentuda. Toda la mala leche y el olor a pedo, por supuesto, se quedan en el original de Giménez Remero, con diálogos como el siguiente:

Zampo: María José, ¿se puede tener otitis en el ojo del culo?
María José: No, Zampo, lo que tu tienes son almorranas.
Zampo: Ya decía yo que los supositorios de colirio no me aliviaban nada.
La niña se sigue llamando María José en la primera versión del guión de Luis Lucía y Leonardo Martín, hasta que el propio Remero, por intermediación de su amigo Raúl Peña, convence a director y productores para que le cambien el nombre por el de Ana Belén (Ana por ano, y Belén por su esposa: sí señores, Doña Agapimú se llama como el ojo del culo de una venerable y viuda octogenaria de la calle Serrano). El nombre enraíza y acaba por convertirse en el apelativo definitivo y definitorio de María del Pilar Cuesta Acosta, resultando fundamental en el devenir de la escatología patria: no les quepa la menor duda de que cagallones XL como La puerta de Alcalá no sonarían igual interpretadas por Víctor Manuel y María José.
Como happy end, el bueno de Giménez Remero alcanza la cumbre del chiste de pedos y cacas con su participación (no acreditada) en la revisión del guión de Sevilla Connection (José Ramón Larraz, 1992), protagonizada por los hermanos Cadaval: exponente supremo del zine-zurullo, al que solo le faltó el acompañamiento del watersiano Olorama para trascender a cotas inalcanzables del mal gusto. Lo dicho: Rest In Shit.

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