jueves, 14 de marzo de 2013

:Woodring dixit.

En el tercer tomo de las aventuras de Frank, primorosamente editado por Fulgencio Pimentel, el enorme Jim Woodring se marca un texto que no he podido evitar transcribir aquí.  Sirva esto para que, si alguien no se había enterado, se entere ahora de que una obra capital como Frank está a disposición de todos en las librerías.


"Cierta vez, en un momento de debilidad, me hice con un libro dirigido a artistas sin experiencia en los negocios que desearan aprender a comercializar y vender su trabajo.  Busqué un lugar cómodo y abrí el libro por el comienzo, pero sólo alcancé a leer hasta la mitad de la introducción, donde se anunciaba:

Mucha gente piensa que los artistas son seres excepcionales, provistos de poderes excepcionales, que desempeñan una suerte de servicio místico a la comunidad que solo ellos pueden llevar a cabo.  Nada más lejos de la realidad.  Los artistas son personas normales como cualesquiera otras.  Tiene un trabajo que hacer, exactamente igual que lo tiene un fontanero.  El fontanero arregla cañerías; el artista crea arte.

Dice mucho en favor de la grandeza de este país que alguien pueda escribir una basura dañina e incendiaria sin dar inmediatamente con sus huesos en la cárcel.  Solo Dios sabe a cuántos jóvenes y brillantes botarates apartó aquel libro de una carrera segura y socialmente aceptada en pos de los ignotos reinos de la obsesión, en cuyos surcos hacen lucha libre cada noche los artistas.
Lo sé, en esencia todos somos divinos, o lo que es lo mismo, ordinarios.  Pero, ¿hubo alguna vez un joven salvaje y anhelante que descubriera entre las nubes la frase TÚ SERÁS FONTANERO escrita en letras de fuego?  ¿Vivió alguna vez ese fontanero que desempeñaba su oficio como una vocación compulsiva, loco por las tuberías, desesperado por instalarlas a toda costa aún cuando nadie se las hubiera pedido, sin obtener por ello apenas recompensa pero enfrentado a los más severos juicios críticos a cambio de sus esfuerzos año tras año, década tras década, hasta desplomarse, aún con el soldador en la mano, en su ataúd?  Bueno, quizá lo hubo.  en tal caso, aquel fontanero era un artista, y acreedor de nuestra misericordia".
Fragmento de la introducción a The Walking-Away World de Kenneth Patchen. (New Directions Books.  New York. 2008)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.

Anónimo dijo...

It is peгfect time tо mаke some plans fоr the
long гun and it's time to be happy. I've leаrn thіs publіsh аnd
if Ι could I want to suggeѕt you feω attentiοn-grabbing issues оr aԁνіce.

Perhaps you cοuld write nеxt artiсles relating to thіs artісle.
I want to read more issues about it!

My blog poѕt - http://www.sfgate.com/business/prweb/article/V2-Cigs-Review-Authentic-Smoking-Experience-or-4075176.php

Kari velez dijo...

Hola !
Me interesa tu blog, me gusta tu estilo y tengo una propuesta para colaborar juntos de la que me gustaría contarte más, yo cuento con un blog de películas. Si te interesa la idea por favor envíame un mail a karivelezs@gmail.com