miércoles, 15 de octubre de 2008

:eructos de coliflor [4]

1. Qué daño han hecho los teléfonos móviles a las películas de terror! Todas, sin remisión, se ven obligadas a justificar en el primer acto el aislamiento que supone no tener línea: ya sea por falta de cobertura en un entorno aislado, ya sea que se han quedado sin batería, que el celular se les ha roto, se lo han robado, lo han perdido… Parece que nadie se ha planteado la posibilidad de un protagonista sin móvil, porque ya sabemos que el cine no busca lo real, sino lo verosímil; y a estas alturas ya no resulta verosímil la idea de un ser humano sin teléfono móvil. Los primeros en comprender lo desasosegante de esta situación han sido los japoneses, que ya han construido varias películas de terror sustentadas sobre esa premisa: en un país donde la humanidad convive aglomerada, casi hacinada, donde es imposible sentirse (físicamente) aislado, donde es imposible encontrar un rincón sin cobertura, la muerte es precedida por el tintineo de un politono.
2. A Jeffrey Brown lo conocemos por estas latitudes sobre todo por su trilogía de las ex-novias y demás tebeos autobiográficos que Ediciones la Cúpula ha tenido el acierto y el buen gusto de editar en unos coquetos volúmenes, no especialmente lujosos pero muy recomendables. Pero el bueno de Jeffrey es un autor más polifacético de lo que estas muestras podrían hacer suponer: no sólo ha publicado comics abiertamente humorísticos sino que, oh sorpresa, también ha hecho sus pinitos en el cómic superheroico mainstream. En el 2004 se marcó un simpático, breve, original y extraordinariamente bien ilustrado minicómic sobre Lobezno, titulado Wolverine: Dying Time. Como por evidentes motivos legales esta curiosidad no podrá ser editada de un modo oficial, unos buenos amigos se han tomado la molestia de escanearlo y colgarlo aquí (http://dyingtime.googlepages.com/WolverineDyingTime.html), para que cualquiera se lo lea, se lo hojee o se lo baje por la patilla (nunca mejor dicho); en cualquier caso, para que lo disfrute. Simón dice…
3. Sin destripar demasiado dicha historieta, dejemos constancia aquí de lo floreciente que se haya últimamente un subgénero que nos apasiona a algunos (¿eh, Under?): las de zombies. A los últimos (reconocidos o no) remakes de flins clásicos, a las 28 secuelas después, a la segunda (o tercera) juventud de George A., a la rentable franquicia de los Marvel Zombies, se le han unido en los últimos meses ediciones hispanas de pestilentes tochos con zetas en el título. Primeramente, la patria Apocalipsis Z, del exitoso blogger Manuel “Cuajarón” Loureiro. Un libro, y unas circunstancias, sobradamente conocidos como para explayarme aquí. Sólo apuntar que a un servidor le resultó un volumen reiterativo, aburridillo (le sobran la mitad de las páginas) y, lo siento, mal escrito. Un par de pasajes interesantes y poco más. A pesar de ser un Serie-Z de manual (perdón por el chiste) ha tenido el suficiente éxito como para que otras editoriales se lancen a la caza del muerto viviente. Así hemos podido disfrutar de la traducción de Guerra Mundial Z, de Max Brooks: este sí, un libro original, adictivo, poliédrico y exhaustivo. Un clásico Zombie instantáneo. Y recientemente, la edición del libro de culto Zombie: Guía de supervivencia, también del hijo de Mel. Este libro es exactamente lo que uno podría suponer por su título: una guía de supervivencia ante ataque zombie. Entre el humor negro y el apunte inquietante, trufado de frases lapidarias, este coqueto librillo supone la mitad teórica del díptico que conforma con Guerra Mundial Z, que sería la práctica. Con una prosa seca y antirretórica (muy de manual, vaya), se toma tan jocosamente en serio a sí mismo que uno no puede evitar tomárselo también un poco en serio: como fábula, como metáfora, como imagen especular, da que pensar. Leído a ratos, entre medias de otros libros, he de reconocer que me ha calado más hondo de lo que creía, y que me he sorprendido en mitad de un Pierre Michon esperando a que un zombie pillara desprevenido a Van Gogh.
Sólo nos queda, puestos a soñar, que la HBO se saque de la manga una serie zombie. Ays, ¿no sería hermoso?

4. De “Nosotros tres”, de Jean Echenoz: “Los transeúntes, por la acera de enfrente, iban y venían con sus ideas, su bolsita gelatinosa de pensamientos temblando como una flor translúcida en lo alto de su cabeza, sacudiéndose al ritmo de sus pasos”. Pues eso.

1 comentario:

UNDER dijo...

Compañero zombificado!! siguele la pista al inminente estreno de "American Zombie" un film que promete...al parecer un falso documental donde los zombies cuentan sus problemas de adaptación para integrarse en la sociedad...pinta estupenda y humor negro y sátira parece ser que a raudales...Saludos Z's!!!