Están sentados aquí enfrente. Por su actitud me da que es una de sus primeras citas. Hay cierto intento de cortejo torpe, cierto distanciamiento que no logran romper. Él no para de hablar y hablar, y yo no puedo evitar oírlo. Le dice que es un gran lector, que lo último que se ha leído es El Médico de Noah Gordon. Jajaja. Ella parece aburrida con su monólogo, y él no parece darse cuenta. Me dan ganas de acercarme y decirle: la estás perdiendo, chaval. De pronto se pone a hablar de series de televisión, y le cuenta el final de la cuarta temporada de House. Me tapo los oídos pero oigo algo y ya me está jodiendo, así que me voy al baño. Al volver me cruzo con la chica, que va también al baño. Me dan ganas de aconsejarle que escape ahora que aun está a tiempo. Pero qué sé yo.
domingo, 1 de junio de 2008
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1 comentario:
¡Es que somos de lo que no hay!
Ningún comentario, mejor dicho, ahora uno.
¿Me permites robártelo? No tendrá un uso comercial y juro que siempre defenderé tu autoría.
¿Por qué no pasa nada cuando en realidad está pasando todo?.
Por cierto, me dejas con la intriga: ¿Cómo era ella?.
Bueno, imagino que este comentario se perderá en este blog, igual que muchas de las ideas que aparecen, entonces, estará bien perdido (en el sentido en que tiene un buen final y no en aquel en que nadie lo encontrará jamás).
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