jueves, 23 de febrero de 2012

:mercancía

Un amigo amante de las mujeres pelirrojas y lechosas me puso sobre la pista de Sleeping Beauty. Al principio pensé que se trataba de otra de esas actualizaciones de un cuento clásico con acabado de anuncio de perfume; pero nada más lejos de la realidad. Al primer click de ordenador ya comprobé que los tiros iban por otro lado, y que la película se estaba granjeando por todo el mundo críticas y alabanzas por lo morboso de su argumento y puesta en escena.

Sinopsis breve para los que no la hayan visto: Lucy es una universitaria que hace múltiples trabajos para ganarse la vida. En un momento dado entra en contacto con una organización secreta que le paga un pastizal por hacer cositas para unos ancianos adinerados, como servirles la comida en ropa interior o, y de ahí el título de la película, dormir narcotizada mientras se deja sobar (que no follar) por los clientes.

La cosa en sí parece el reverso en negativo de la breve novela de Yasunari Kawabata, La casa de las bellas durmientes; el propio título parece hacer referencia al clásico japonés, no dejando lugar a dudas sobre el punto de partida de la inspiración de Julia Leigh. Pero mientras la novela de Kawabata se centra en uno de los clientes de este extraño negocio, la película australiana se centra, como ya hemos dicho, en la vida de una de estas jóvenes durmientes, y son los distintos clientes los que van pasando ante nuestros ojos.

Por lo demás, las intenciones de ambas obras, aunque tangenciales en una serie de puntos de una mórbida sensualidad, son distintas. La obra de Kawabata utiliza a las jóvenes dormidas como pantalla en blanco sobre la que el protagonista proyecta sus recuerdos; su inconsciencia, su falta de respuesta, hacen de esas mujeres espacios en blanco, su falta de significación las carga de significado.

La obra misteriosa y evocadora de Kawabata se transforma en la película de Julia Leigh en algo mucho más concreto, pero también cargado de misterio, de información fuera de campo. Con una puesta en escena simétrica y de planos largos, con un ritmo pausado pero con gusto por la elipsis, el film nos cuenta el ascenso a los infiernos de Lucy. Y su ascenso es social, económico: Leigh se centra en este aspecto fundamentalmente (algo que Kawabata no trata ni de pasada). El meollo de la película se podría resumir con una frase de David Mamet: “Consentimos que nos traten como mercancías con la esperanza de que algún día nos traten como mercancías valiosas.”

Desgraciadamente, la realidad cada día nos está devaluando más.

sábado, 18 de febrero de 2012

:rumano malo

Estaba pensando el otro día sobre aquellas cartas en cadena que te llegaban hace años a casa, con una peseta pegada con celo y la súplica de que reenviaras esa misiva a diez personas sino querías que el mal fario se cebase contigo y los tuyos.
Internet, al igual que con la industria musical y las revistas porno, también acabó con eso. Los e-mails no tienen la gracia, el carisma, la presencia de esas cartas analógicas, esas fotocopias de fotocopias de fotocopias que iban perdiendo definición en cada reenvío, en cada instinto supersticioso, en cada "por si acaso". Las copias digitales son siempre idénticas, es decir, ya no hay copias, sólo hay originales.Por otro lado la gratuidad del reenvio digital a tus enlaces de la agenda, hace, en teoría, más sencillo que estas advertencias en cadena se extiendan. Suelen ser fáciles de reconocer: antes de abrirlas, porque el asunto viene precedido de un Rv (la única indicación de que estamos ante una "copia") seguido de alguna exhortación a que no borremos el mensaje sin abrirlo, del estilo "atención importate" o "leelo importante". Como todo el mundo sabe, lo verdaderamente importante no necesita subrayarse, así que, de primeras, uno ya sospecha de que el mensaje contiene o un virus o una gilipollez.
En esa disyuntiva me encontraba hoy esta mañana, pero como el ordenador no era mío, me atreví a abrir el mensaje, esperando tener la fortuna de encontrarme con una gilipollez. Y efectivamente.

Primero la forma: estas leyendas urbanas de chichinabo suelen estar escritas en negrita, en un tipo más grande del usual y con una tipografía sin serifa, como para significar: esto que te mando es una cosa muy seria, pero te lo digo como amigo.
El título: en mayúsculas, para que quede claro. El subtítulo: cargado de signos de admiración, para que dentro de lo razonable, cunda el pánico. El contenido: lamentablemente, la misma mierda blanda racista de toda la vida. Ahora le ha tocado a los "rumanos y kosovares", esa abstracción. Bueno, seguro que nosotros también aparecemos en advertencias escritas en otras lenguas.
Nada dice tanto de un colectivo como lo que temen y lo que les hace gracia, porque al final nos reímos y tememos a lo mismo. Y nada une más que el odio.
Aquí les dejo esta leyenda urbana. Como tal es bastante flojita y muy poco trabajada. Demasiado etérea y poco concreta como para calar hondo en nuestra psique: no hay una narración bien construída, no hay un giro final... falta concreción: va dirigido tanto a parranderos que salen de noche como a estudiantes y niños a la salida del colegio. Y los malvados "rumanos y kosovares" no se sabe muy bien si te roban, te violan o te secuestran, sino las tres cosas, ni en qué orden ni con qué finalidad.

Estoy deseando recibir una versión más perfeccionada y refinada, una versión que deje de lado la paja y vaya más claramente al meollo. Quiero saber qué nos están haciendo esos malvados "rumanos y kosovares".
El mensaje:

U R G E N T E:
¡¡¡ Por favor leedlo, es muy importante !!!
Este mensaje va dirigido a los que salen por la noche o del cine y a los
que salen de la universidad y a la salida de los colegios. Si encuentran a
un niño que llora en la calle, con una dirección en la mano, y le dice que
lo acompañe a esa dirección (aunque sea cerca), llamen o llévenlo a la
policía y no a la dirección indicada... Este es el nuevo método que están
usando rumanos y kosovares para el secuestro, robo y violaciones. Les ruego copiar y pegar y envíalo a los que mas puedas para informar y evitar con ello un gran dolor a las familias.

lunes, 6 de febrero de 2012

:contextos

Próximamente, en las mejores tiendas.