viernes, 18 de abril de 2008

:manuscrito hallado en una botella (de licor café) [18]

10 de noviembre - Las bolsas de basura siguen ahí cuando me levanto. Tengo que acordarme de tirarlas por la noche. El correo, como siempre, es todo publicidad. Sólo las grandes multinacionales parecen saber que me he mudado. Me siento todavía atontado por la pastilla. Vamos a poner un poco de orden en la casa y después en mi cabeza.
Veamos, anteayer (sábado) madrugué para ducharme y afeitarme; todo fue una pérdida de tiempo porque después el coche, entre toses y estertores, tardó media hora en arrancar. Cuando ya había trazado otra ruta mental y un nuevo plan (me decanté por el tren para poder ir leyendo, aunque limitaba enormemente el volumen de lo que podría traerme), el coche arranca con un suspiro casi humano. Sin superar los 80 kilómetros por hora, llego a casa de mis padres casi a la hora de comer. En el telefonillo les suelto un lacónico “soy yo” y subo. Arriba han dejado la puerta entornada y me esperan en la cocina, como si no hiciese más de tres meses que no me ven. En vez de un saludo me comentan el menú, por si no me apetece. Me ofrecen una tortilla como alternativa, que es su modo de decirme que se alegran de verme. Aun se me hace raro ver a mi padre cocinando; desde que se ha jubilado se ha convertido en amo de casa. Tampoco le ha quedado más remedio, ya que mi madre, desde que él se ha jubilado, ha decidido que no le apetece estar en casa, y se pasa el día de acto en acto, de reunión en reunión, de café en café. Me han preparado unas gambas a la plancha porque saben que me gustan, aunque mi padre no les ha cogido el punto y están quemadas por fuera y frías por dentro. No me atrevo a decir nada y me como media docena hasta que mi madre dice que están incomestibles y las tira a la basura entre las protestas de mi padre. Tras el primer plato, un redondo de ternera seco y duro, pero que logramos comer. Me preguntan que qué tal con Z, que cómo no ha venido. Les digo que está liada en el trabajo, y eso me recuerda que tengo que darles “nuestra” nueva dirección.
Me he tomado una pastilla y ya me está entrando el sueño. Creo que seguiré mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me tienes enganchada...