lunes, 3 de marzo de 2008

:consejos prácticos

Existen una serie de contingencias vitales en las que difícilmente nos veremos involucrados y para las que, por lo tanto, el inconsciente colectivo no nos ha preparado para solventar. Para ello está el mundo del cine, ese espejo deformante en el que mirarse y que, a manera de botica de la abuela, nos da respuestas precisas a problemas concretos que de otra manera nunca se nos ocurriría plantearnos. He aquí unos cuantos ejemplos:
-Si tienes una cerilla pero no su caja correspondiente, no te preocupes, puedes encenderla frotándola sobre cualquier superficie (una barba de tres días, la suela del zapato, una uña... ).
-Si te despides de alguien cristal mediante (un autobús, un tren, la sala de visitas de la cárcel...) debes poner la palma de tu mano en tu lado del cristal para que el otro haga lo propio desde el otro lado.
-Si alguien se muere con los ojos abiertos (otra forma no se concibe) debes cerrárselos con un movimiento preciso de la mano.
-Si has de dar una mala noticia a alguien, acompáñala de un vaso de agua. Por lo visto su efecto narcotizante está contrastado.
-Si has de forcejear con alguien con una pistola cargada, asegúrate de que el seguro esté quitado; anexo: el que se lleva el susto más grande es el que sobrevive.
-No hagas caso a la etiqueta del colchón: da saltos en él a la mínima oportunidad (si es posible en pijama y en medio de una guerra del almohadas).
-Si te persiguen por un bosque y necesitas coger resuello, escóndete detrás del árbol caído.
-Si estás enfadado con alguien, nada como una pelea con comida para solventar la disputa. Se recomiendan espaguetis y tarta.
-Si te pegan un balazo corre al mueble bar: el whiskey desinfecta las heridas.
-Si una chica te apunta con un arma, no te asustes: las mujeres no saben quitar el seguro.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que en la lista falta:

-Si sientes un ruido en mitad de la noche, coge el bate de béisbol que todos guardamos bajo la cama o en el armario y ve directo hacia el peligro...

toni bascoy dijo...

Tomo nota. Yo ya tengo el guante de béisbol, pero tengo la impresión de que no es tan disuasorio. Eso sí, nada más elegante para irse al otro barrio.