lunes, 1 de marzo de 2010

:Richard McGuire

1. ¿Por qué tantos dibujantes son además músicos? O viceversa, claro.
Richard McGuire (1957) es un ejemplo más. En cualquier biografía, lo primero que se destaca es que toca el bajo en Liquid Liquid.

2. Lo segundo, su seminal cómic "HERE", publicada originalmente en RAW vol. 2 no. 1, de 1989. Una obra breve, seis páginas, pero importantísima por los caminos que abre. Si no, que se lo pregunten a Chris Ware, al que no se le caen los anillos por admitir que la obra de McGuire cambió su vida. Artísticamente hablando, suponemos.
En esta obra McGuire rompe la viñeta, y con ella el mínimo elemento significativo de la narración. Divide la viñeta estableciendo en su interior relaciones, diálogos, rimas... construyendo una narración prismática, tridimensional.
Otorga importancia al espacio, como ya se explicita en el título. Si el cómic es un arte narrativo, se sobreentiende que lo fundamental en él es la coordenada temporal; pero aquí se le da la vuelta, y la narración se establece a partir del espacio. Niega el principio esgrimido por Eisner: el tiempo es algo que sobrevuela al espacio, que es lo que permanece: la historia, el tiempo (y con él nuestras vidas), es un aleteo, un parpadeo que apenas deja mella en el espacio. Bajo el punto de vista omnisciente del autor, todo lo que ocurre en ese rincón que enfoca la “cámara fija”, entre el principio del planeta y el 2033, pierde su trascendencia.
3. En tercer lugar, se suele destacar su labor como ilustrador (en cabeceras como el New Yorker o libros para niños) y diseñador, donde se aleja de ese estilo “realista” esgrimido en “HERE”, buscando una simplificación a través de la geometría, una esencialización de las formas donde nada sobra.

4. Y se hizo el movimiento: McGuire se introduce en el mundo de la animación. Cortinillas para cadenas especializadas en dibujos animados y algún corto. El trazo sigue profundizando en la geometrización, lo que le permite resaltar las relaciones espacio-temporales, las coordenadas de movimiento.
De nuevo, el ilustrador es narrador omnisciente: guarda una distancia con lo representado a través de un punto de vista cenital que lo relativiza todo, jugando casi con los límites de la abstracción, obligándonos a replantearnos los conceptos de representación asumidos. Un punto de vista nuevo hace que todo parezca nuevo, virgen, inexplorado. Es una de las cualidades de los genios.

Micro Loup from Richard McGuire on Vimeo.


5. Su obra maestra animada, la aportación al largometraje hecho de cortos Fear(s) of the Dark. Su capítulo, que no por nada cierra el conjunto, es lo mejor, y eso que otros colaboradores son luminarias del calibre de Charles Burns, Lorenzo Mattotti o Blutch.
McGuire convierte la economía de medios (blanco y negro puro, ausencia de diálogos) en virtud: juega de nuevo con los límites de la representación, con figuras que se confunden con la oscuridad, que brotan de ella como espectros del pasado.
Magistral, digno de ver y rever.

Peur du Noir from Richard McGuire on Vimeo.

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