L.D., tras sufrir un grabe accidente con una sembradora que le trilla hasta cercenar la pierna izquierda, es sometido a una intervención quirúrgica pionera. Le sustituyen la parte herida de la pierna (el muslo), y conservan el resto del miembro, realizando un empalme mediante un sofisticado sistema de micro-canalizaciones que permiten mantener el flujo sanguíneo.
L.D. está encantado con la prótesis, ya que puede “salir a la calle en bermudas sin que nadie me mire como a un bicho raro.” Un ligero cojeo es lo único que le recuerda a este milagro médico andante el terrible accidente que a punto estuvo de convertirlo en un tullido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario