No nos gusta perder el tiempo. No nos basta con mirar el paisaje por la ventanilla del tren, preferimos llevar el portátil para ver un episodio de Breaking Bad.
En la cocina hemos colgado ese pequeño plasma regalo de Navidad porque cocinar y comer no tiene por qué significar silencio, ni hastío, ni pensamiento propio.
Otra pantalla en el dormitorio para ese tiempo muerto antes de caer rendido. Y hasta un curso de italiano para aprender mientras duermo.
Ya sólo nos queda por cubrir el tiempo del excusado, esos cinco minutos diarios (si uno es afortunado) empujando afuera la basura.
Si todavía no tenemos un plasma en el baño es por la humedad. Así que lo más recomendable es una buena y variada Biblioteca de Porcelana: una selección de lecturas para esos breves momentos de intenso silencio.
Se prefieren lecturas:
a) No demasiado transcendentes y/o complejas: la sangre se acumula en partes del cuerpo a medio camino entre el cerebro y los pies, y las sinapsis bajan su rendimiento. Algo ligero es más recomendable, y si te hace soltar una carcajada de vez en cuando, mejor: ayuda al movimiento intestinal.
b) Breves: es difícil seguir el hilo de una novela río con 34 personajes principales en lapsus de cinco minutos diarios (si eres afortunado). Algo fragmentado es más recomendable: perlas breves con su inicio, su desarrollo y su final. Cualquier cosa que te mantenga más de cinco minutos en el trono debe ser descartado.
c) Si eres hombre: evita las lecturas de contenido erótico. A parte de que no se puede estar a todo, el efecto palanca contra la taza del water puede ser muy desagradable e incómodo.
d) Ediciones baratas: el vaho del agua caliente de la ducha crea humedad, uno de los peores enemigos del papel. No dejes esa primera edición de Las Flores del Mal sobre la cisterna.
Por si te lo habías preguntado alguna vez, que lo sepas: estar mucho tiempo sentado en el water puede producir hemorroides. Si quieres saber por qué, léete ¿Por qué los hombres tienen pezones?, de Mark Leyner y el doctor Billy Goldberg, que además es nuestra primera recomendación para tu propia Biblioteca de Porcelana: aprender un poco de medicina mientras nos echamos unas risas está al alcance de tu mano.211 cosas que un chico listo debe saber, de Tom Cutler, es otra buena recomendación: estar con los pantalones bajados no significa que uno no pueda culturizarse; de hecho, algunas de las mejores cosas de la vida se aprenden con los calzoncillos por los tobillos. Si quiere usted saber cosas tan útiles como el mejor método para pesarse la cabeza, las reglas del polo con elefantes, patinar hacia atrás o defenderse con un paraguas, éste es su libro. Estará deseando que le entre un apretón para aprender más y más.
Para cagar con fundamento: El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida, de Philippe Delerm. Entre esos placeres no incluye leer su libro mientras se jiña, pero les aseguro que es una experiencia muy gratificante. Para aprender a disfrutar de esos pequeños milagros que la vida nos ofrece en el momento más insospechado.Apartado de comics: hay mucha gente que cree que un tebeo sólo se puede leer en el retrete. Craso error. Pero vamos con un par de excepciones:
90 Clásicos de la literatura para gente con prisas, de Henrik Lange, es lo que parece: 90 libros, más o menos clásicos, diseccionados en cuatro viñetas (cada uno). Y eso que la primera viñeta es el título del libro. Es verdad que en algunos te quedas como estabas, pero en otros da en el clavo y, sinceramente, después de unos años, lo que uno recuerda de un libro bien puede resumirse en cuatro viñetas (una con el título).La vida secreta de los jóvenes, de Riad Sattouf: observaciones a vuela pluma, plasmadas prácticamente tal cual, sin una mayor intención que el apunte antropológico. Para cagar con una ventana abierta a la realidad.Un tipo muy de toilet es Mauro Entrialgo: como prácticamente toda su obra es de corto recorrido (tiras cómicas, historias de una página con gag final...) es ideal para esos breves momentos íntimos. Uno de sus viejos álbumes ya se subtitulaba Chistecillos para leer en el W.C., pero como me temo que está descatalogado, puestos a leer otro, me quedo con Herminio Bolaextra: humor tan basto y escatológico que en comparación tus deposiciones te parecerán magdalenas con topping de frutas del bosque. Te reirás y te sentirás mejor.Estas son algunas de mis recomendaciones, pero lo mejor de una Biblioteca de Porcelana es que tú elijas tu propia aventura. Ya me contarás.
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2 comentarios:
Muy buena idea señor!! aunque yo soy de los que piensan que el WC ha sido diseñado expresamente para leer...y no hay quien me convenza de lo contrario...y los cómics a mi me prestan más en el retrete y/o en la cama antes de dormir que en el sofá por ejemplo...la evolución lógica de esto es el japonés que escribió aquella novelita de terror y la imprimió directamente en rollos de papel higiénico y es todo un bestseller oiga!!!
http://www.publico.es/culturas/237383/primera/novela/papel/higienico/bestseller
Al leer esto me han entrado unas acuciantes ganas de c...
... crear mi propia Biblioteca de Porcelana aunque, fijate tú, creía tener que pedir consejo a la reina del tema...
... a la grandiosa Isabel Preysler.
jejeje
Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.
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