Lo primero, no se pierdan la nueva temporada (la tercera ya) de las Reflexiones de Repronto. Cierto es que unas clases de dicción no le vendrían nada mal, y si quisiera triunfar en Cuatro tendría que arreglarse los dientes, pero es uno de los tipos más lúcidos e inteligentes que flotan por la blogosfera.
La temporada empezó potente, pero es en este segundo capítulo (el 26 del total) donde de repronto me he acojonado porque, como ya es habitual en esta serie, me he sentido más retratado de lo deseable por las ideas expuestas por el señor Minchinela y su Equipo-A.
Si le tienen un mínimo de estima a este su fiel servidor, o a su cerebro (de ustedes), no se lo pierdan.
Simón dice: pinchar aquí.
Hablando de cerebros y de tipos inteligentes y lúcidos, aquí les dejo una cita del maestro Jordi Costa (¿he oído aplausos?), extraído de ese manantial de sabiduría esquinada con forma de libro titulado ¡Vida mostrenca! (las exclamaciones no son mías, aunque lo podrían ser); recopilatorio de sus artículos para El País fechados en torno al último cambio de milenio, es de lectura obligatoria para este trimestre en Educación para la ciudadanía. Que lo sepan.
"El sampler, que es algo así como el equivalente sonoro a la cita textual, tiene tras de sí un lardo pasado que precede a su propia existencia como recurso expresivo dentro del ámbito de la música electrónica. De hecho, como bien sabían James Joyce y Dennis Potter, nuestro cerebro lleva “sampleando” desde tiempo inmemorial esos retazos de memoria sonora que, ante cualquier estímulo, nos llevan a sublimar, relativizar o, simplemente, acompañar las emociones que nos provoca cualquier experiencia del mundo físico. No hay que llevarse a engaño: muy rara vez somos capaces de alumbrar una idea elevada e inédita bajo las bóvedas de nuestros cráneos. Es mucho más frecuente que nuestro íntimo proceso mental para descifrar el mundo que nos rodea consista en una desordenada sucesión de chorradas: coletillas de humorista televisivo, jingles radiofónicos, el último chiste guarro que nos hayan contado, algún ripio chusco o la más atormentante canción del verano. Desde que sabemos que el pensamiento es –simple y llanamente- lenguaje, no tiene demasiado sentido que digamos auto-engañándonos con inexistentes elevaciones del espíritu: lo que se nos pasa por la cabeza es una papilla mental elaborada básicamente con materiales ajenos y cuya composición es primordialmente... ¡chorra! Pero tampoco hay que deprimirse, porque ahí reside la grandeza del ser humano: en llegar adonde ha llegado teniendo el cerebro que tiene."
Primero nos quitaron las cabinas de teléfonos y las sustituyeron por esa especie de secadores de peluquería.
Y ahora se nos ha ido don José Luis López Vázquez (¿he oído una ovación?). Alguien parece empeñado en que nuestras vidas sean más tristes y aburridas, y lo está consiguiendo, vive Dios.
2 comentarios:
>>Unas clases de dicción no le vendrían nada mal, y si quisiera triunfar en Cuatro tendría que arreglarse los dientes, pero es uno de los tipos más lúcidos...
Esta frase verá su respuesta (usted ya me entiende) en un capítulo de esta tercera temporada.
Pues ardo en deseos de ver esa respuesta.
En serio, muy muy muy bueno lo suyo.
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