Hoy tengo que coger un vuelo con Spanair, la segunda compañía aérea más segura del mundo después de Oceanic (datos reales). Sé que volar a ocho mil metros de altura a ochocientos quilómetros por hora dentro de un puro metálico no es algo natural, pero tampoco lo es deslizarse a ciento treinta quilómetros por hora dentro de una caja metálica sobre una superficie de cemento.
Los japoneses, como siempre, tienen una visión diferente sobre el asunto.
viernes, 12 de diciembre de 2008
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