sábado, 27 de diciembre de 2008

:astonishing america

En su extraordinario libro CHEWING AMERICA (Hoax Press) sobre bizarradas y extrañeces al norte del río Ponchos, Lawrence Napier (Dalhart, Texas) nos habla de este curioso caso acontecido en la coqueta ciudad costera de Biddeford (Connecticut) en 1952. A saber: en una época y en un estado en el que el adulterio era delito penado (si eras mujer), una serie de nacimientos inesperados entre las parroquianas dio mucho que hablar en la región. Las malas lenguas encontraron un extraño parecido entre todos los infantes y un tal Oscar Detty, marino retirado y pichabraba reconocido, jubilado y ocioso por aquel entonces. Con la denuncia de uno de los cornudos maridos se inició el juicio, en el que se encargó al Dr. Kurtzmann que presentase pruebas médicas que indicasen que los pequeños eran hijos de Detty. Como las pruebas de paternidad a nivel genético aún estaban en pañales, con perdón del chiste, el Dr. Kurtzmann se rompió la cabeza hasta que descubrió, en un reconocimiento rutinario, que Detty sufría de astiomosis, una extraña inflamación congénita del nervio óptico que causa un ligero daltonismo y cierta ceguera perimetral. Esto no supone ningún problema, a no ser que uno sea piloto de caza o de Fórmula 1. De hecho, la mayoría de la gente que padece este mal, muere sin ser consciente de haberlo tenido. ¿Por qué era importante este descubrimiento? Por dos motivos: uno, que es hereditario; y dos, que es muy extraño: lo sufre una persona de cada millón, aproximadamente. Por lo tanto, si los vástagos tenían astiomosis, casi con total seguridad eran hijos de Detty. Para determinarlo, el Dr. Kurtzmann ideo la plantilla que reproducimos aquí al lado, el único test para bastardos del que se tiene constancia.
Si usted, querido y paciente lector, ve girar el círculo central en el sentido de las agujas del reloj… no es que sea un hijo bastardo del señor Detty, pero probablemente sí tenga astiomosis. Pero lo dicho, no se preocupe (a no ser que se llame usted Fernando Alonso). El final de la historia: (ojo, spoiler) las pruebas aportadas por el test no fueron aceptadas en el juicio, y el caso fue sobreseído. Pero a la opinión pública, tan sabia ella, no le cupo la menor duda de que la chavalada era descendencia del díscolo Detty. Tampoco era muy difícil de imaginar, siendo todos pelirrojos como demonios (y como Detty). La disfuncional prole se reúne anualmente todos los 18 de febrero (fecha del fallo del juicio) en la así llamada Red-Haired Bastards Annual Meeting. Humor no les falta a los muy bastardos.

1 comentario:

UNDER dijo...

Hoax press...interesante editorial, creo que tengo alguno por casa...
Saludos compadre! :D