Leo una reseña en el blog de Hernán Migoya del cómic (ups, novela gráfica) Migrador Nocturno, de Salvador Sanz.
Reconozco que se me había pasado por alto entre el alubión de novedades.
La crítica me convence lo suficiente como para comprarlo y leerlo.
El dibujo bien, gracias: detallista, dinámico, con el grado justo de realismo.
La historia: bien contada. Mezcla un poco de la nueva carne de Cronenberg con la de Burns, más atávica ésta, más ancestral, más primitiva. Tiene también algo de japonés: de romper unos límites que uno apenas intuía que existían hasta que ve los jirones desperdigados por el suelo.
Lo del mago, sé que es cosa mía, me deja frío: los magos sólo me entran con comedia, Tamariz o Woody Allen. Los magos serios y trascendentes me dan risa. Risa de la mala, se entiende.
Dice Migoya que el cómic no suele ser un buen medio transmisor del terror. Estoy de acuerdo con él. Pone como excepción este cómic, y ahí ya no sé si estoy tan de acuerdo.
Fui previsor: hoy estoy solo en casa (de maculi, que diría un amigo) y, como con los años me he vuelto un miedoso que ya no es capaz ni de ver Cuarto Milenio, me lo he leído a plena luz del día. Con el ruido de fondo de niños jugando en la plaza y de sus padres terraceando, tenía una salida de emergencia por si la cosa se ponía intensa.
Pero no ha llegado la sangre al río.
Me sigo quedando con la Cosa del Pantano de Moore, donde además de podredumbre y ciempiés había ideas que te hacían girar el cerebro como una peonza.
Aquel tipo en el infierno, que cree llevar siglos de sufrimiento y torturas hasta que le explican que todavía es un recién llegado. Y su grito de terror.
No es lo que muestran los cómics (ahí nos gana el cine), no es lo que sugieren (ahí nos gana la literatura), es por las ideas: el cómic como partitura, como esquema, como manual de instrucciones, como mapa de coordenadas.
Interesante, de todas formas, este Migrador Nocturno (muy buen título, por cierto). Efectivamente, Hernán, el epílogo es una patochada que a mí tampoco me convence.
Este Salvador Sanz, además de cómics también hace cine.
Aquí pueden ver, en dos partes, una y dos, un corto suyo, Gorgonas, que parece ser que ganó el premio al mejor corto de animación en la Comicon de San Diego del 2005, que me tiene pinta de ser como una feria de muestras de maquinaria agrícola, pero a lo bestia y con tebeos en vez de tractores.
Atentamente:
T.
2 comentarios:
Muy buen dato el cortometraje, voy a verlo ;)
Pues a ver si te gusta!
Un saludo
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