Tenía muchas ganas de meterle mano a este libro. Buenas referencias lo avalaban. Aprovechando un jueves libre me lo he leído de un tirón, como debe hacerse con este tipo de thrillers para disfrutarlos como es debido.
“Kenny escribió la lista porque se estaba muriendo”. Esto no es un spoiler, es la primera frase del libro. Esto promete una carrera contrarreloj y es lo que ofrece. No puede ser de otra forma.
Mamet, en alguno de sus libros, habla de tres preguntas que el escritor debe de tener presentes a la hora de escribir cada secuencia (él hablaba de guionistas, pero vale perfectamente para novelistas). Cito de memoria:
- Qué quiere A de B.
- Qué pasará si no lo consigue.
- Por qué ahora.
Esta última cuestión es, quizás, la que menos se suele tener en cuenta. ¿Por qué ahora y no en otro momento? ¿Por qué ahora y no mañana? Con la muerte a la vuelta de la esquina, nada se puede dejar para mañana.
Con un principio similar a esa otra maravilla que es Breaking Bad, al protagonista de la novela se le diagnostica un tumor cerebral terminal. Unas semanas de vida a lo sumo. El bueno de Kenny, como ya hemos dicho, hace una lista. En ella escribe los nombres de las personas a las que cree haber fallado, cabos sueltos, historias inconclusas.
Una de esas personas es Callie Barton, una compañera del colegio que se portó bien con él cuando era víctima de las burlas de todos los demás. Pero Callie ha desaparecido misteriosamente hace cuatro años, y tratar de dar con ella va a meter a Kenny en un lío de considerables dimensiones.
Cross hace gala de un estilo conciso y cortante. Va al grano sin florituras, buscando los recovecos más reveladores, y normalmente menos favorecedores, de cada situación, de cada personaje. Un estilo al que ha despojado de todo ornamento superfluo, de una sencillez casi matemática que le va de perlas a esta historia de tramas que se entrecruzan hasta confluir en una vía muerta.
Este maravilloso y claustrofóbico relato nos habla de la imposibilidad de volver al pasado, del poder de la memoria y de muchas otras cosas trascendentes, mediante un thriller highsmithiano sobre que pasa “cuando las buenas intenciones se tuercen”, como bien lo describe Sean O. Brien.
No dejen de leerlo.
P.D.: ganas tengo ahora de verme la primera temporada de Luther, una serie creada por el propio Neil Cross, y que en algunos foros ya tildan de obra maestra.
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