miércoles, 4 de febrero de 2009

:la escepción que confirma la regla

Hay una serie de preguntas, no abstractas sino asquerosamente mensurables, que nos aterran a la mayoría de los varones emparejados: cuánto me quieres, cuándo nos casamos, cuándo se marchan tus padres, y un largo etcétera. Pero hay una que, llegado cierto momento en toda relación, nos asalta irremisiblemente y hace pupita: ¿Cuánto te mide (la polla)? Sé que a muchos de ustedes (a mi no me miren, pichascortas) este momento les hará supurar sudor frío con sólo recordarlo: ese instante en que el castillo de naipes se viene abajo, en que los vagos “18 centímetros o así” se transforman por ensalmo en unos innegociables y vulgares 13 centímetros con los que apandar el resto de la vida (o de la relación, lo que acabe antes). Momento trágico, como cuando a los seis años descubres que no eres el centro del mundo, o cuando a los veinte que no eres un genio.
Pero para seguir viviendo en la feliz inopia se han inventado una serie de artefactos, ya sea Eurodisney o la carrera de Económicas, a la que ahora se suma un nuevo gadget que hará las delicias de ustedes, los superdotados de imaginación. La empresa holandesa Gglot, especializada en parafernalia y juguetes sexuales (dildos, columpios, bolas chinas…qué les voy a contar que no sepan ya) con un moderno diseño y cuidadísimo acabado, se han sacado de la manga una regla mágica (o trucada, aunque así suena más prosaico) donde los centímetros se reducen de forma imperceptible hasta los 7 milímetros, con lo que una pirula estándar de 13 centímetros se convierte en un respetable morcillón de 17. Ya sólo tienen que dejar el artilugio tirado “descuidadamente” por el dormitorio… y esperar a que llegue el momento de usarlo. Y los Reyes Magos existen.

2 comentarios:

Lilith dijo...

Eso de los tamaños está totalmente sobreestimado...

Hay un tema que nunca se ha discutido y que afecta el tamaño de una polla y esto es la profundidad de una vagina (su elasticidad, su tamaño).

Todo es relativo en este mundo...

toni bascoy dijo...

Absolutamente de acuerdo.
Precisamente esa absurdidez era la que pretendía evidenciar con el artículo.
Un saludo...